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Cuando la peor noticia golpea tu puerta

Lucas 8:49-50
49 Mientras estaba todavía hablando, vino alguien de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
50 Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.

El relato conocido como la resurrección de la hija de Jairo, sirve como ejemplo de la confianza puesta en Jesucristo por un hombre de influencia en la sociedad de su época; sirve como ejemplo de la peor noticia que un padre puede recibir, la muerte de un hijo y también enseña a respecto del poder de Dios para cambiar lo imposible.

Jairo sabía que el único que podía ayudarlo estaba allí y ese era Jesucristo. Lejos de preocuparse con lo que sus colegas religiosos podrían pensar o decir, en público, clama por ayuda.

En un caso de tal gravedad, todos deseamos que la solución venga pronto.
La ida de Jesús a la casa de Jairo es retardada por una mujer que decidió romper todas las reglas y tocar a Jesús en medio de una multitud que lo apretaba y hacía más lento su caminar.
Para completar la situación desesperante, llegan las más terribles noticias: Alguien viene a informar al papá angustiado que su hija había fallecido.
Podría haber un drama mayor? ¿Podría haber algo más terrible?

Los que somos padres sabemos que nada supera en tristeza y amargura una noticia de este tipo; entretanto, Jesucristo saca a relucir su maravillosa paz por medio de palabras dirigidas a tranquilizar y a aquietar el corazón del padre angustiado.
No temas; cree solamente y ella será sanada.
No temas significa en este caso, no todo está perdido, yo soy más poderoso que esa situación; es fácil solucionar ese problema. Lo que tú Jairo, debes hacer es creer. No dejes de creer. Viniste a verme y creíste que yo lo podría hacer. No dejes de creer y ella será sanada.
El final de la historia, es que la niña resucitó.
Lo mismo se aplica a todos nosotros. ¡Todo es posible al que cree!

Si le crees a Dios, lo imposible, lo que nadie espera, va a ocurrir; tu milagro ocurrirá y tú celebrarás la victoria en el nombre de Jesús.

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