I Pedro 3:7-11 contiene cuatro principios para quienes desean ser felices:
- Guardar la lengua del mal. El poder de la vida y de la muerte está en la lengua. Con palabras podemos traer a nuestra vida, la bendición o la miseria. En Proverbios 12:18 dice que “Hay palabras que hieren como espada, pero la lengua de los sabios traen cura.” Es necesario llenar nuestra boca con la Palabra de Dios, hablando todo el tiempo lo que Dios dice.
- Apartarse del mal. Necesitamos actuar para alejarnos de toda forma de mal o para retirarnos de un ambiente maligno. Esta decisión es tan importante que a veces puede significar tener que cambiar nuestras amistades, en lugar de sentarnos en medio de una rueda de gente chismosa y maquinadora de perversidades.
- Hacer el bien. La decisión de hacer el bien debe acompañar a la decisión de dejar de hacer el mal. Ambas deben ir juntas. Hacer el bien no es algo que ocurre automáticamente. El arrepentimiento tiene dos lados: a. El alejamiento del pecado y b. El acercamiento a la rectitud. He visto que algunas personas hasta se alejan del mal pero como no comienzan a hacer el bien, pronto son atraídas de nuevo al pecado. Efesios 4:25, 28.
- Buscar la paz. No es suficiente con desear vivir en paz. Es necesario actuar, buscar la paz y hacer todo lo necesario para vivir en paz. Santiago 1:19 dice que todos debemos ser prontos, estar dispuestos a oír, tardos (no precipitados) para hablar y tardos (no explosivos) para enojarnos.
