El texto de Jueces 3:30-31 registra que después de ochenta (80) años de tranquilidad, el pueblo de Dios fue descuidando su relación con Dios. Llegaron a deshacer los ejércitos hasta que llegaron los problemas.
En I Samuel 13:19-22 el Espíritu Santo menciona la persona de Samgar. Su nombre significa “el que huye”. Su profesión era la de agricultor. Esta historia me inspira porque cuando los problemas llegaron a su casa, “el que huye” decidió no huir sino enfrentarlos.
En I Samuel 13:19-22 dice que no existían armas en Israel. Todo lo que Samgar tenía en su mano era una vara de ajarrear bueyes. Era una herramienta de trabajo, no un arma. Hizo lo que podía: La afiló y Dios lo usó para derrotar a seiscientos (600) filisteos como relata Jueces 3:31.
Recuerda: La mano de Dios no está limitada por lo que nosotros tenemos en las nuestras. Cuando decidas no huir sino pararte firme delante de los problemas, Dios te usará con poder.
